Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez. (*)
La tres veces centenaria Universidad de San Antonio Abad del Cusco, a principios de siglo, dormitaba aristocrática y feudal con un centenar de estudiantes, bajo la dirección del Dr. Eliseo Araujo, que fuera Rector durante trece años, en una ciudad de cerca de diecinueve mil habitantes, en la que parecía que el siglo XIX aún no había terminado.
El 13 de marzo de 1909, fecha de fundación de la Asociación Universitaria, marca el inicio de una etapa transformadora que revolucionó los espíritus y mantuvo su influencia a lo largo del siglo XX.
Una dramática reunión entre alumnos y autoridades el día 7 de Mayo de 1909, echó por tierra el Rectorado de Araujo y proclamó la primera Huelga Universitaria de Sud América. Los estudiantes pedían la reorganización de las cátedras por concurso, la instauración de un régimen digno y equitativo en el cual, el estudiantado pudiera controlar la marcha de la Universidad.
Los protagonistas de la Huelga; Demetrio Corazao, Luis. E. Valcárcel, José Gabriel Cosio, Manuel Antonio Astete y otros. Y los mentores del movimiento como el Director de “El Sol”, Ángel Vega Enríquez, integraron la generación de 1909, llamada por Francisco García Calderón “Escuela Cusqueña”.
Recesada la Universidad, el gobierno nombró como Rector al profesor norteamericano de 26 años Albert Antoni Giesecke, Máster en Jurisprudencia, nacido en Filadelfia Pensilvania, el 30 de Noviembre de 1883.
Comisionado por el entonces Ministro de Educación del Perú, Dr. Manuel Vicente Villarán, el Dr. Francisco García Calderón encontró a Giesecke en Philadelphia, García Calderón tenía el encargo de buscar en los Estados Unidos a un catedrático especialista en Ciencias Económicas y Administrativas Universitarias para realizar reformas en estas materias en las universidades peruanas, así como para ciertos aspectos de la reforma media. El Dr. Leo S. Rowe, le recomendó a su joven discípulo.
Alberto Giesecke, llegó a Lima el 9 de Julio de 1909 y en febrero de 1910, fue llamado por el Presidente Leguía, para ofrecerle el cargo de Rector de la Universidad Cusqueña que tras un año de Clausura iba a ser reaperturada, en cumplimiento de una ley que acababa de votar el Congreso de la República. Giesecke tenía 26 años, faltándoles cuatro para cumplir el mínimo de treinta que exigía la Ley. Esto y el hecho de que fuera extranjero fue objetado por la Cámara de Diputados, pero la objeción no prosperó y el flamante Rector vino al Cusco vía Mollendo, llegando a nuestra ciudad el 10 de Marzo de 1910.
A cincuenta años de este hecho el Dr. Alberto Delgado, en un homenaje público dijo lo siguiente:
“Llegó el Dr. Giesecke, en una hora crítica, es cierto, pero no se trataba de una improvisación gubernativa exigida por las circunstancias; el joven Rector había profesado, como estudiante y docente en las universidades de Pensilvania y Cornell, (1906-1908) como post-graduado en las de Berlín y Lausana y como investigador en el Museo Británico y en el Departamento de Estadística del Gobierno Federal de Estados Unidos. Su juventud albergaba, pues, un nutrido caudal de sapiencia, sin alardes de erudición, ni aristas de orgullo y en su personalidad alentaba una tesonera voluntad de constructor. Es así, como mediante una inteligente orientación académica y una sagaz gestión administrativa, pudo imponer en el hecho y a corto plazo, la impronta de su rectorado normalizador en la vida universitaria”.
EL PENSAMIENTO PROFETICO DEL DR. GIESECKE
En su discurso de apertura del año académico, el Dr. Giesecke mostró la integridad de su pensamiento profético: “Siempre fue mi intención y mi ambición visitar el centro del poder incaico”, decía, haciendo también alusión a la “hospitalidad proverbial de los cusqueños”.
Entrando en el tema, respecto a la reorganización de la universidad informa:
“Durante el año recibiré la administración de la Universidad que tengo el honor de dirigir, la más alta atención que se puede prestar a sus problemas. Los defectos serán corregidos para que tengamos buenos resultados. Las quejas serán investigadas con la debida corrección y estaré siempre listo a considerar y discutir cada cosa que tenga que hacer con el adelanto y mejor desarrollo de la instrucción, el edificio y cualquiera otra cosa que tenga relación directa con esta institución.
Las necesidades inmediatas son las del presupuesto y la de los útiles. Estos asuntos ocupan la atención del honorable Consejo Universitario. Tenemos que reconocer siempre que no podemos hacer todo en un día, pero, la acción progresiva y decidida está asegurada. Sabemos que la ciudad antigua de Roma no fue construida en un día; sabemos que no existe invención o mejora importante que sea la idea exclusiva de un hombre o de un tiempo fijo. Si yo pudiera referirme a una analogía por vía de ilustración, haría uso de la construcción del Canal de Panamá. (El Canal de Panamá estaba siendo construido por esos días N. del A.)
En seguida se ocupa de un tema de gran importancia para el desarrollo del país y del departamento; el soñado “Ferrocarril Pan Americano”, y dice: “veo un gran porvenir en los alrededores del Cusco cuando se completen los trabajos de construcción de un ferrocarril intercontinental… Un ferrocarril pan americano ha sido el tema de discusión hace muchos años……. Un viaje directo por ferrocarril, de Nueva York hasta el Cusco. ¡Qué buena idea! Y su realización es nada más que una cuestión de una docena de años. En el Perú este ferrocarril debe cruzar una distancia de más o menos 2000 kilómetros”.
Hay que leer íntegramente este artículo, los juicios certeros, las premisas exactas de un estudioso del Perú y sus necesidades, quizá si desde esos años los cusqueños hubiésemos sido unidos y hubiésemos querido engrandecer nuestra tierra, oyendo la sabia admonición de esta hombre, la cosecha después de 80 años sería distinta y contestaríamos afirmativamente a la pregunta del Dr. Giesecke; “¿Cuál sería el resultado económico en el departamento del Cusco, después de la construcción de las líneas que se han indicado? En primer lugar, los mercados del mundo tendrían un fácil acceso, aún a los puntos más remotos en el departamento entero. Inversamente, los productos de esta región encontrarían un mercado más grande para la venta…. Este sistema deben incluir evidentemente -prosigue Giesecke una línea que se extiende de Norte a sur, en el interior del Perú, esto es, debe formar una parte del gran ramal Pan-americano; además deben haber líneas que corran entre el oeste y el este, o entre la montaña y la costa”.
De haberse realizado este sueño de dotar de un ferrocarril interior de norte a sur a manera de una columna vertebral del país, hubiera sido uno de los factores fundamentales para el desarrollo e integración del Perú y de los países andinos. Como lo fue en su oportunidad para el imperio Inca el camino real que unía Pasto, Tumibamba, Quito, Cajamarca, Cusco, Chuquisaca y Tucumán. Hasta hoy es imperativo este deseo, como lo es todavía el sueño del ingeniero sueco Guillermo Nystrom, de unir el Pacífico con el Atlántico a través de un ferrocarril que pasando por Cusco, una Matarani o Mollendo con un punto navegable del río Urubamba.
En otro aspecto, el Dr. Giesecke, avizoró, también, el gran potencial turístico de nuestra región, en un artículo titulado “Cusco, meca del turismo mundial”, publicado en el número 35 de la Revista Universitaria en 1921, y vuelto a publicar en La Crónica de Lima en 1934, El Dr. Giesecke da directivas para organizar y dirigir la futura industria “Sin chimeneas” en una época en que el transporte era deficiente y aún no se hacía uso del aeroplano.
EL MAGISTERIO DE LA PEDAGOGIA
El Dr. Alberto Delgado en su discurso de homenaje al Dr. Giesecke dice, entre otras cosas, lo que sigue: “Su magisterio nos ha deparado así, una lección memorable. De él hemos aprendido que ni los individuos ni los pueblos alcanzan a gravitar en los destinos históricos sino adquieren conciencia de su propia personalidad”.
El escritor cusqueño Roberto Barrionuevo, en un artículo de homenaje nos refiere: “Mis recuerdos son siempre de los más evocadores y de los más sugestivos, durante ese tiempo fui alumno adicto y puntual porque la Universidad atraía, llamaba; el alumno tenía el vehemente deseo de ir a la histórica casa de estudios que era como un imán para las almas juveniles. Y había que ser exactos; el Dr. Giesecke, tenía apenas una tolerancia de cinco minuto en las horas; “El alumno –solía decir”- es como un pasajero en el camino de la Universidad, las clases tiene un itinerario como los del tren y el tren señores, no espera”. “Una severidad en sus cabales es justicia y la justicia llena y satisface, aún más, consuela tanto el espíritu de los hombres”.
El artículo “El Estado Moderno y la Educación”, publicado en la revista “La Sierra”, órgano de la Asociación Universitaria, Números 3-4 de Julio y Agosto de 1910, es un juicio sumario de la situación educacional en ese tiempo, de acuerdo con su experiencia internacional, analiza los sistemas de instrucción de Alemania, Francia y Estados Unidos, contrastándolos con el sistema peruano, en cuanto concierne a la organización administrativa, la centralización y descentralización de la educación, concluyendo que: “… en la dirección de esta intervención (del Estado) debe incluirse siempre: a) Instrucción primaria obligatoria; b) instrucción media y facultativa, o sea cultural y vocacional. En el Perú, por ejemplo –afirma el Dr. Giesecke- necesitamos mayor extensión en la instrucción media y superior de los cursos destinados a la preparación de las personas para la vida económica; es decir de los destinados a procurar la educación comercial e industrial. Este país, dentro de pocas décadas, tendrá que ensanchar sus relaciones comerciales con otros países a consecuencia de la mayor explotación de sus recursos naturales y de su situación geográfica ventajosa. Si su explotación no pudiera hacerla directamente por sí mismo, sería inevitable que la hicieran los extranjeros”. En efecto, hoy por falta de esa instrucción especial, -que si la hay se reduce a muy pocas personas-, el comercio del Perú está en manos de extranjeros.
“El segundo factor –la organización administrativa del gobierno- es también de una importancia considerable. Este punto se refiere a la centralización o descentralización en asuntos administrativos”.
Como buen pedagogo, Giesecke, aboga por dotar de mayores recursos y apoyo financiero a la actividad educativa de la región, con esta palabras; “Sería correcto quizás sentar como un principio general: que un Estado dé tanta suma para la instrucción pública como la que se gasta en la defensa interior y exterior del país, es decir, en el ejército, la marina y la policía”.
Cuánta actualidad, cobran hoy en día, después de 80 años, estas frases, y es que esas proféticas aseveraciones no fueron casuales. Giesecke, pues, es una suerte de enclave ideológico individual de una sociedad en otra, un trasplante formidable de un individuo formado por una sociedad altamente desarrollada, la del capitalismo en su fase superior o monopólica, dentro del seno de una sociedad casi feudal, sin energía eléctrica ni industrias, con terratenientes y “pongos”, feudales y siervos, y con una inquieta intelectualidad joven que atenta a su problemática social, había avanzado hasta la revolución universitaria de 1909, Giesecke representa, sino, los intereses, el espíritu de esa sociedad que tiene como rasgos la elevada concentración de la producción y del capital que bajo forma de monopolios asumía un papel decisivo en la vida económica nacional e internacional; la fusión del capital bancario con el industrial, conocido como capitalismo financiero; la exportación de capitales, el reparto del mundo en regiones o zonas de influencia entre los grandes monopolios, que más tarde conduciría a la guerra imperialista y la relación de dominio de los países poderosos sobre los países pobres coloniales y semi-coloniales. A quienes sólo les toca el papel de simples productores de materias primas y de compradores de las manufacturas de los países desarrollados.
Tampoco es causal, que en esos años, los grandes monopolios norteamericanos realizasen la proeza de construir el Canal de Panamá, para avasallar a los países sud americanos del pacífico y apoderarse de sus riquezas. Giesecke a pesar de su pragmatismo soñaba con un ferrocarril que uniera ambas Américas de sur a norte para integrarlas y alcanzar su desarrollo, opinaba impulsar la educación comercial e industrial (técnica), para que los propios peruanos explotaran su riqueza, puesto que de lo contrario “Sería inevitable que la hicieran los extranjeros”. Pero la realidad, optó por otro camino, por un modelo económico exportador, centralizador, deformador y desintegrador, pensado y hecho para el saqueo de materias primas, que impidió el desarrollo e integración ulterior de nuestros países en beneficio del imperialismo. En cuanto a la educación, ésta continúa siendo académica, libresca, separada de la realidad y, prácticamente, aún no existe educación técnica. La educación universitaria continúa siendo un escape de la realidad y un engaño para millones de jóvenes que buscan en la profesionalización la solución de sus vidas y terminan engrosando el ejército de desocupados, sub-ocupados y resentidos de una sociedad que no tiene cómo satisfacer sus propias necesidades.
LA EDAD DE ORO DE LA UNIVERSIDAD CUSQUEÑA
GIESECKE, UN JOVEN RECTOR CIENTÍFICO Y DEPORTISTA.
El nuevo Rector se ganó pronto el total aprecio de los estudiantes “rompió la muralla insalvable entre maestros y alumnos” (como dice Valcárcel), introdujo el cultivo del deporte entre los alumnos enseñando el fútbol, básquet, tenis, vóley, etc.
Como científico, el Dr. Giesecke, introdujo nuevos métodos y técnicas de enseñanza, dio orientación moderna a las cátedras que estuvieron a su cargo, tales como: Psicología Experimental, Economía Política y Finanzas, dictadas para las Facultades de Ciencias Económicas y Jurisprudencia, en las que hizo uso de técnicas estadísticas para la investigación científica, llegando a realizar con sus alumnos el primer censo de la población cusqueña el 12 de setiembre de 1912, que arrojó 19,825 habitantes, mostrando la estructura demográfica de una sociedad feudal. Indujo al alumnado a “escribir sobre lo que uno viera y comprobara”, de acuerdo al pragmatismo pregonado por W. James, corriente idealista subjetiva de la filosofía burguesa contemporánea, muy en boga por entonces, cuyo principio original es el de determinar el significado de la verdad por su utilidad práctica. Esta orientación pragmática revolucionó el clima espiritual de la época y condujo a tomar interés en el estudio del pasado incaico y el presente indígena, exaltando las glorias y valores nacionales que antes se tenían en el olvido, estudiando, a decir de Valcárcel: “todo lo relacionado con el Cusco”. Inclusive reglamentó las tesis universitarias para que traten sobre temas originales y propios de nuestra realidad regional.
Fundó, animó y orientó la Revista Universitaria, poniéndose en contacto con todo el mundo a través del canje, de ese modo enriqueció y modernizó la Biblioteca Universitaria, realizando una “renovación intelectual y material del claustro”.
Organizó el Museo Arqueológico, adquiriendo la colección particular del Dr. José Lucas Caparó Muñiz, colección que iba a ser llevada a Lima por el Dr. Julio C. Tello.
Organizó expediciones y viajes de estudios con los alumnos, visitando centros arqueológicos y poblacionales, donde los alumnos daban conferencias públicas sobre la realidad social y económica de la región, logrando la afirmación de nuestros valores y buscando el reencuentro con nuestra personalidad histórica. A ese respecto la revista Universitaria en su número 6, de Setiembre de 1913 informa sobre las actividades del Rector y los estudiantes, las excursiones que realizaron a los valles de La Convención, Lares, Vilcabamba; la excursión a las ruinas de Huanacaure, etc. Asimismo, informa que se consiguió una subvención para el incremento de libros para la Biblioteca Universitaria. Se adquirió el notable Museo del Dr. Caparó Muñiz por gestiones del Diputado José Ángel Escalante y se incorporó a la Facultad de Ciencias Naturales al Dr. Antonio Lorena con el título de Doctor Honorario.
La Universidad cusqueño entró en una Época de Oro nunca antes vivida y entre todas las Universidades del Perú fue la que alcanzó mayor relieve y reconocimiento en el extranjero, y lo que es más importante, despertó la pasión regionalista y cusqueñista en la más fecunda generación de cusqueños del siglo XX.
El “indio blanco”, como lo había llamado alguna vez el Obispo Farfán, fue aún más allá, creo la sección de agronomía de la universidad, para que se revolucionaran los métodos agrícolas, propició la protección de los monumentos arqueológicos, envió por primera vez catedráticos cusqueños al extranjero.
En Filosofía, introdujo además del pragmatismo, el positivismo, corriente idealista subjetiva burguesa, fundada por Augusto Comte, que niega a la filosofía su calidad de concepción integral del mundo y rechaza los problemas tradicionales de la filosofía por ser “metafísicos” y no estar sujetos a comprobación experimental.
Propició las misiones de la Universidad de Yale, después que Hiram Bingham redescubriera Machupicchu en 1911.
Mucho tiene para agradecer nuestra tierra a este cusqueñista ilustre. Son consecuencia de su vasta obra, el nacimiento del movimiento intelectual llamado “indigenismo”, liderado por Luis E. Valcárcel y José Uriel García y los integrantes de la Revista cusqueña “La Sierra”, gloriosa generación continuadora de esa pléyade intelectual que Francisco García Calderón –llamara como dijimos antes- “Escuela Cusqueña” en su obra “Le Perou Contemporain”, publicada en París en 1907, García Calderón sabía lo que hacía cuando buscó a Gisecke en Philadelphia en 1909, sabía que esa joven iba a ser el catalizador de nuevas inquietudes generacionales en su amado y lejano Perú.
EL PRESTIGIOSO INTERNACIONAL DE LA UNIVERSIDAD CUSQUEÑA
La fama de la Universidad reformada por Giesecke atrajo a importantes personalidades como Haya de la Torre y el recientemente fallecido Ex presidente de la República Dr. José Luis Bustamante y Rivero, quienes vienen a beber de sus fuentes creadoras entre 1917-1918, cuando la Universidad de San Marcos estuvo clausurada.
El estudiantado universitario nacional se organizó con el Primer Congreso de la Federación de Estudiantes del Perú, en el Cusco el 20 de Marzo de 1920. Esta federación hoy venida a menos por el estado de caos en el que se encuentran el movimiento estudiantil dio mucho que hablar en su largo trayecto hasta nuestros días.
La obra del Rector norteamericano Alberto Giesecke es, pues, vasta y con proyección futurista, su influencia revolucionó las mentalidades de su época y dio lustre al Cusco y a su Universalidad.
El prestigio de la Universidad cusqueña y su proyección histórica que hizo eco en el Perú entero, fue reconocido por ilustres pensadores como el Dr. Jorge Basadre y el Amauta José Carlos Mariátegui, quien en sus célebres “7 Ensayos”, se refiere a los principios reformadores sustentados por el estudiantado y los profesores cusqueños en 1927 cuando Giesecke ya había dejado el Rectorado.
“Si el movimiento renovador se muestra precariamente detenido en las Universidades de Lima, -escribe el Amauta- prospera, en cambio, en la Universidad del Cusco, donde la élite del profesorado acepta y sanciona los principios sustentados por los alumnos, testimonio de esto es el anteproyecto de reorganización de la Universidad del Cusco, formulado por la comisión que con este encargo nombró el Gobierno al declarar en receso dicho instituto”.
Este anteproyecto al que se refiere el Amauta, tenía como idea básica al decir del Dr. José Tamayo Herrera, “nacionalizar la cultura, conseguir el resurgimiento de la raza india, dominar la naturaleza por la tecnificación proyectando una Universidad democrática, aceptando la docencia libre, la libertad de cátedra y el co-gobierno”.
En efecto, se propuso crear facultades, con secciones e institutos técnicos, dando las bases para la creación de estudios pedagógicos, sociológicos, económicos y técnicos como Ingeniería Civil, Agronomía y Química.
Posteriormente como consecuencia de la segunda gran huelga universitaria de 1927, la generación nacida de ella proyectó aún más profundamente la revolución de la inteligencia, rompió con el positivismo y avanzó hacia nuevas doctrinas sociales como el materialismo científico, se enfrentó al gamonalismo práctico y al indigenismo lírico de la generación anterior; organizando los primero sindicatos obreros y campesinos e intervino activamente en la política; dando nacimiento al grupo aprista primero y luego al a primera Célula Comunista del Perú, en Mayo de 1929. Pero esto es otro tema, como lo es también el análisis de la actual situación crítica de nuestra Universidad, que hace tiempo ha perdido la orientación y el empuje de la gloriosa “edad de oro”, que inauguró el Dr. Giesecke.
GIESECKE, UN ENAMORADO DEL CUSCO
Nuestro ilustre cusqueñista, fue además, Alcalde del Municipio del Cusco, durante tres periodos, caracterizándose por realizar importantes obras de valor práctico.
Pocos hombres se entregaron así al Cusco y su progreso. El Dr. Roberto Barrionuevo describe de esta manera el incomparable amor que Giesecke profesó a nuestra tierra: “Los incas amaban al Cusco como lo amamos nosotros hoy, así amó Giesecke a la tierra cálida del sol, tierra suya por amor y por voluntad generosa, y a tal punto que es Giesecke hoy día, como ha sido de Rector, el verdadero y fino pregonero del Cusco y por ende, del Perú; que ha sostenido y sostiene por doquier, dentro y fuera del país, dentro y fuera de América, las virtudes, las grandezas y las excelsitudes del Cusco y del Imperio de los Incas”. En otro párrafo Roberto Barrionuevo señala “…he visto a Giesecke pocas horas después del terremoto llorando como un niño ante las ruinas y escombros de la ciudad aniquilada”.
Ese gran amor por el Cusco lo llevó a tomar por compañera de su vida a la dama cusqueña Esther Matto Usandivaras, pariente de la Escritora Clorinda Matto, gran mujer que supo secundar la magnífica obra del Amauta del Cusqueñismo y le dio tres hijos: Esther, Alberto y Antonio.
Llamado por el gobierno se alejó del Cusco en 1924, para ejercer en Lima el cargo de Director General de Enseñanza del Ministerio de Educación, cargo que ejerció hasta 1930.
Fue Agregado Consultor de la Comisión Plebiscitaria Tacna-Arica, en los años de 1925-1926. Ejerció el cargo de Consultor Técnico del Ministerio de Instrucción (1930); dirigió el Instituto de Educación de la Universidad Nacional de San Marcos (1931-1932). Fue Catedrático de Historia de la Educación de la Universidad Mayor de San Marcos (1940-1942). Agregado Civil a la Embajador de los Estados Unidos (1943).
En el año de 1939, con motivo de cumplirse el 30 aniversario de su llegada al Perú, el Dr. Alberto Giesecke, fue declarado catedrático Honorario de nuestra universidad.
OBRAS DEL DR. GIESECKE
- “Guide to Cusco” (Guía del Cusco)
- “Republic of Cusco”. (La república del Cusco)
- “Desenvolvimiento del Perú durante el siglo XX” (La Sierra Nº 6, Segunda época, del 28 de julio de 1921).
- “El Cusco meca del turismo mundial” (Revista Universitaria Nº 35, Agosto de 1921).
- “Los Plebiscitos en la Historia”. Con una reseña de la cuestión de Tacna y Arica (1926).
- “El Estado moderno y la Educación”. (La sierra Nº 3 y 4, Julio y Agosto de 1910.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
- “Historia Social del Cusco Republicano”. José Tamayo Herrera 1978.
- “Memorias” Luis E. Valcárcel.
- “Homenaje al Dr. Alberto Giesecke” Revista universitaria Nº 119-1960. Contiene: Discurso del Dr. Alberto Delgado; Discurso de agradecimiento del Dr. Alberto Giesecke.
- “Alberto Giesecke” por Luis E. Valcárcel. Diario La Prensa, Lima. 13 de setiembre de 1968.
- “El Dr. Alberto A. Giesecke” Por Roberto Barrionuevo. El Sol. 28 de Julio 1959.
- “Diccionario Filósofo –Rosental-Indin. Ed. Universo 1988.
- “Cien años de Lenin el Economista”. Virgilio Roel. El Comercio, Lima. 26 de Abril 1970.
- “7 Ensayos de interpretación de la realidad peruana”. José Carlos Mariátegui. Biblioteca Amauta- 40 Ed. 1980.
- “Diccionario Biográfico del Perú. Ed. Escuelas Americanas, 1943.
(*) Nota: El presente ensayo fue publicado en la Revista del Instituto Americano de Arte Nº 13 de junio de 1992. Como homenaje a la Universidad Nacional de San Antonio Abad, al conmemorarse el tercer centenario de su fundación.
Las fotos fueron tomadas del libro "Historia Social del Cusco Republicano" (1978) del Dr. José Tamayo Herrera.
La tres veces centenaria Universidad de San Antonio Abad del Cusco, a principios de siglo, dormitaba aristocrática y feudal con un centenar de estudiantes, bajo la dirección del Dr. Eliseo Araujo, que fuera Rector durante trece años, en una ciudad de cerca de diecinueve mil habitantes, en la que parecía que el siglo XIX aún no había terminado.
El 13 de marzo de 1909, fecha de fundación de la Asociación Universitaria, marca el inicio de una etapa transformadora que revolucionó los espíritus y mantuvo su influencia a lo largo del siglo XX.
Una dramática reunión entre alumnos y autoridades el día 7 de Mayo de 1909, echó por tierra el Rectorado de Araujo y proclamó la primera Huelga Universitaria de Sud América. Los estudiantes pedían la reorganización de las cátedras por concurso, la instauración de un régimen digno y equitativo en el cual, el estudiantado pudiera controlar la marcha de la Universidad.
Los protagonistas de la Huelga; Demetrio Corazao, Luis. E. Valcárcel, José Gabriel Cosio, Manuel Antonio Astete y otros. Y los mentores del movimiento como el Director de “El Sol”, Ángel Vega Enríquez, integraron la generación de 1909, llamada por Francisco García Calderón “Escuela Cusqueña”.
Recesada la Universidad, el gobierno nombró como Rector al profesor norteamericano de 26 años Albert Antoni Giesecke, Máster en Jurisprudencia, nacido en Filadelfia Pensilvania, el 30 de Noviembre de 1883.
Comisionado por el entonces Ministro de Educación del Perú, Dr. Manuel Vicente Villarán, el Dr. Francisco García Calderón encontró a Giesecke en Philadelphia, García Calderón tenía el encargo de buscar en los Estados Unidos a un catedrático especialista en Ciencias Económicas y Administrativas Universitarias para realizar reformas en estas materias en las universidades peruanas, así como para ciertos aspectos de la reforma media. El Dr. Leo S. Rowe, le recomendó a su joven discípulo.
Alberto Giesecke, llegó a Lima el 9 de Julio de 1909 y en febrero de 1910, fue llamado por el Presidente Leguía, para ofrecerle el cargo de Rector de la Universidad Cusqueña que tras un año de Clausura iba a ser reaperturada, en cumplimiento de una ley que acababa de votar el Congreso de la República. Giesecke tenía 26 años, faltándoles cuatro para cumplir el mínimo de treinta que exigía la Ley. Esto y el hecho de que fuera extranjero fue objetado por la Cámara de Diputados, pero la objeción no prosperó y el flamante Rector vino al Cusco vía Mollendo, llegando a nuestra ciudad el 10 de Marzo de 1910.
A cincuenta años de este hecho el Dr. Alberto Delgado, en un homenaje público dijo lo siguiente:
“Llegó el Dr. Giesecke, en una hora crítica, es cierto, pero no se trataba de una improvisación gubernativa exigida por las circunstancias; el joven Rector había profesado, como estudiante y docente en las universidades de Pensilvania y Cornell, (1906-1908) como post-graduado en las de Berlín y Lausana y como investigador en el Museo Británico y en el Departamento de Estadística del Gobierno Federal de Estados Unidos. Su juventud albergaba, pues, un nutrido caudal de sapiencia, sin alardes de erudición, ni aristas de orgullo y en su personalidad alentaba una tesonera voluntad de constructor. Es así, como mediante una inteligente orientación académica y una sagaz gestión administrativa, pudo imponer en el hecho y a corto plazo, la impronta de su rectorado normalizador en la vida universitaria”.
EL PENSAMIENTO PROFETICO DEL DR. GIESECKE
En su discurso de apertura del año académico, el Dr. Giesecke mostró la integridad de su pensamiento profético: “Siempre fue mi intención y mi ambición visitar el centro del poder incaico”, decía, haciendo también alusión a la “hospitalidad proverbial de los cusqueños”.
Entrando en el tema, respecto a la reorganización de la universidad informa:
“Durante el año recibiré la administración de la Universidad que tengo el honor de dirigir, la más alta atención que se puede prestar a sus problemas. Los defectos serán corregidos para que tengamos buenos resultados. Las quejas serán investigadas con la debida corrección y estaré siempre listo a considerar y discutir cada cosa que tenga que hacer con el adelanto y mejor desarrollo de la instrucción, el edificio y cualquiera otra cosa que tenga relación directa con esta institución.
Las necesidades inmediatas son las del presupuesto y la de los útiles. Estos asuntos ocupan la atención del honorable Consejo Universitario. Tenemos que reconocer siempre que no podemos hacer todo en un día, pero, la acción progresiva y decidida está asegurada. Sabemos que la ciudad antigua de Roma no fue construida en un día; sabemos que no existe invención o mejora importante que sea la idea exclusiva de un hombre o de un tiempo fijo. Si yo pudiera referirme a una analogía por vía de ilustración, haría uso de la construcción del Canal de Panamá. (El Canal de Panamá estaba siendo construido por esos días N. del A.)
En seguida se ocupa de un tema de gran importancia para el desarrollo del país y del departamento; el soñado “Ferrocarril Pan Americano”, y dice: “veo un gran porvenir en los alrededores del Cusco cuando se completen los trabajos de construcción de un ferrocarril intercontinental… Un ferrocarril pan americano ha sido el tema de discusión hace muchos años……. Un viaje directo por ferrocarril, de Nueva York hasta el Cusco. ¡Qué buena idea! Y su realización es nada más que una cuestión de una docena de años. En el Perú este ferrocarril debe cruzar una distancia de más o menos 2000 kilómetros”.
Hay que leer íntegramente este artículo, los juicios certeros, las premisas exactas de un estudioso del Perú y sus necesidades, quizá si desde esos años los cusqueños hubiésemos sido unidos y hubiésemos querido engrandecer nuestra tierra, oyendo la sabia admonición de esta hombre, la cosecha después de 80 años sería distinta y contestaríamos afirmativamente a la pregunta del Dr. Giesecke; “¿Cuál sería el resultado económico en el departamento del Cusco, después de la construcción de las líneas que se han indicado? En primer lugar, los mercados del mundo tendrían un fácil acceso, aún a los puntos más remotos en el departamento entero. Inversamente, los productos de esta región encontrarían un mercado más grande para la venta…. Este sistema deben incluir evidentemente -prosigue Giesecke una línea que se extiende de Norte a sur, en el interior del Perú, esto es, debe formar una parte del gran ramal Pan-americano; además deben haber líneas que corran entre el oeste y el este, o entre la montaña y la costa”.
De haberse realizado este sueño de dotar de un ferrocarril interior de norte a sur a manera de una columna vertebral del país, hubiera sido uno de los factores fundamentales para el desarrollo e integración del Perú y de los países andinos. Como lo fue en su oportunidad para el imperio Inca el camino real que unía Pasto, Tumibamba, Quito, Cajamarca, Cusco, Chuquisaca y Tucumán. Hasta hoy es imperativo este deseo, como lo es todavía el sueño del ingeniero sueco Guillermo Nystrom, de unir el Pacífico con el Atlántico a través de un ferrocarril que pasando por Cusco, una Matarani o Mollendo con un punto navegable del río Urubamba.
En otro aspecto, el Dr. Giesecke, avizoró, también, el gran potencial turístico de nuestra región, en un artículo titulado “Cusco, meca del turismo mundial”, publicado en el número 35 de la Revista Universitaria en 1921, y vuelto a publicar en La Crónica de Lima en 1934, El Dr. Giesecke da directivas para organizar y dirigir la futura industria “Sin chimeneas” en una época en que el transporte era deficiente y aún no se hacía uso del aeroplano.
EL MAGISTERIO DE LA PEDAGOGIA
El Dr. Alberto Delgado en su discurso de homenaje al Dr. Giesecke dice, entre otras cosas, lo que sigue: “Su magisterio nos ha deparado así, una lección memorable. De él hemos aprendido que ni los individuos ni los pueblos alcanzan a gravitar en los destinos históricos sino adquieren conciencia de su propia personalidad”.
El escritor cusqueño Roberto Barrionuevo, en un artículo de homenaje nos refiere: “Mis recuerdos son siempre de los más evocadores y de los más sugestivos, durante ese tiempo fui alumno adicto y puntual porque la Universidad atraía, llamaba; el alumno tenía el vehemente deseo de ir a la histórica casa de estudios que era como un imán para las almas juveniles. Y había que ser exactos; el Dr. Giesecke, tenía apenas una tolerancia de cinco minuto en las horas; “El alumno –solía decir”- es como un pasajero en el camino de la Universidad, las clases tiene un itinerario como los del tren y el tren señores, no espera”. “Una severidad en sus cabales es justicia y la justicia llena y satisface, aún más, consuela tanto el espíritu de los hombres”.
El artículo “El Estado Moderno y la Educación”, publicado en la revista “La Sierra”, órgano de la Asociación Universitaria, Números 3-4 de Julio y Agosto de 1910, es un juicio sumario de la situación educacional en ese tiempo, de acuerdo con su experiencia internacional, analiza los sistemas de instrucción de Alemania, Francia y Estados Unidos, contrastándolos con el sistema peruano, en cuanto concierne a la organización administrativa, la centralización y descentralización de la educación, concluyendo que: “… en la dirección de esta intervención (del Estado) debe incluirse siempre: a) Instrucción primaria obligatoria; b) instrucción media y facultativa, o sea cultural y vocacional. En el Perú, por ejemplo –afirma el Dr. Giesecke- necesitamos mayor extensión en la instrucción media y superior de los cursos destinados a la preparación de las personas para la vida económica; es decir de los destinados a procurar la educación comercial e industrial. Este país, dentro de pocas décadas, tendrá que ensanchar sus relaciones comerciales con otros países a consecuencia de la mayor explotación de sus recursos naturales y de su situación geográfica ventajosa. Si su explotación no pudiera hacerla directamente por sí mismo, sería inevitable que la hicieran los extranjeros”. En efecto, hoy por falta de esa instrucción especial, -que si la hay se reduce a muy pocas personas-, el comercio del Perú está en manos de extranjeros.
“El segundo factor –la organización administrativa del gobierno- es también de una importancia considerable. Este punto se refiere a la centralización o descentralización en asuntos administrativos”.
Como buen pedagogo, Giesecke, aboga por dotar de mayores recursos y apoyo financiero a la actividad educativa de la región, con esta palabras; “Sería correcto quizás sentar como un principio general: que un Estado dé tanta suma para la instrucción pública como la que se gasta en la defensa interior y exterior del país, es decir, en el ejército, la marina y la policía”.
Cuánta actualidad, cobran hoy en día, después de 80 años, estas frases, y es que esas proféticas aseveraciones no fueron casuales. Giesecke, pues, es una suerte de enclave ideológico individual de una sociedad en otra, un trasplante formidable de un individuo formado por una sociedad altamente desarrollada, la del capitalismo en su fase superior o monopólica, dentro del seno de una sociedad casi feudal, sin energía eléctrica ni industrias, con terratenientes y “pongos”, feudales y siervos, y con una inquieta intelectualidad joven que atenta a su problemática social, había avanzado hasta la revolución universitaria de 1909, Giesecke representa, sino, los intereses, el espíritu de esa sociedad que tiene como rasgos la elevada concentración de la producción y del capital que bajo forma de monopolios asumía un papel decisivo en la vida económica nacional e internacional; la fusión del capital bancario con el industrial, conocido como capitalismo financiero; la exportación de capitales, el reparto del mundo en regiones o zonas de influencia entre los grandes monopolios, que más tarde conduciría a la guerra imperialista y la relación de dominio de los países poderosos sobre los países pobres coloniales y semi-coloniales. A quienes sólo les toca el papel de simples productores de materias primas y de compradores de las manufacturas de los países desarrollados.
Tampoco es causal, que en esos años, los grandes monopolios norteamericanos realizasen la proeza de construir el Canal de Panamá, para avasallar a los países sud americanos del pacífico y apoderarse de sus riquezas. Giesecke a pesar de su pragmatismo soñaba con un ferrocarril que uniera ambas Américas de sur a norte para integrarlas y alcanzar su desarrollo, opinaba impulsar la educación comercial e industrial (técnica), para que los propios peruanos explotaran su riqueza, puesto que de lo contrario “Sería inevitable que la hicieran los extranjeros”. Pero la realidad, optó por otro camino, por un modelo económico exportador, centralizador, deformador y desintegrador, pensado y hecho para el saqueo de materias primas, que impidió el desarrollo e integración ulterior de nuestros países en beneficio del imperialismo. En cuanto a la educación, ésta continúa siendo académica, libresca, separada de la realidad y, prácticamente, aún no existe educación técnica. La educación universitaria continúa siendo un escape de la realidad y un engaño para millones de jóvenes que buscan en la profesionalización la solución de sus vidas y terminan engrosando el ejército de desocupados, sub-ocupados y resentidos de una sociedad que no tiene cómo satisfacer sus propias necesidades.
LA EDAD DE ORO DE LA UNIVERSIDAD CUSQUEÑA
GIESECKE, UN JOVEN RECTOR CIENTÍFICO Y DEPORTISTA.
El nuevo Rector se ganó pronto el total aprecio de los estudiantes “rompió la muralla insalvable entre maestros y alumnos” (como dice Valcárcel), introdujo el cultivo del deporte entre los alumnos enseñando el fútbol, básquet, tenis, vóley, etc.
Como científico, el Dr. Giesecke, introdujo nuevos métodos y técnicas de enseñanza, dio orientación moderna a las cátedras que estuvieron a su cargo, tales como: Psicología Experimental, Economía Política y Finanzas, dictadas para las Facultades de Ciencias Económicas y Jurisprudencia, en las que hizo uso de técnicas estadísticas para la investigación científica, llegando a realizar con sus alumnos el primer censo de la población cusqueña el 12 de setiembre de 1912, que arrojó 19,825 habitantes, mostrando la estructura demográfica de una sociedad feudal. Indujo al alumnado a “escribir sobre lo que uno viera y comprobara”, de acuerdo al pragmatismo pregonado por W. James, corriente idealista subjetiva de la filosofía burguesa contemporánea, muy en boga por entonces, cuyo principio original es el de determinar el significado de la verdad por su utilidad práctica. Esta orientación pragmática revolucionó el clima espiritual de la época y condujo a tomar interés en el estudio del pasado incaico y el presente indígena, exaltando las glorias y valores nacionales que antes se tenían en el olvido, estudiando, a decir de Valcárcel: “todo lo relacionado con el Cusco”. Inclusive reglamentó las tesis universitarias para que traten sobre temas originales y propios de nuestra realidad regional.
Fundó, animó y orientó la Revista Universitaria, poniéndose en contacto con todo el mundo a través del canje, de ese modo enriqueció y modernizó la Biblioteca Universitaria, realizando una “renovación intelectual y material del claustro”.
Organizó el Museo Arqueológico, adquiriendo la colección particular del Dr. José Lucas Caparó Muñiz, colección que iba a ser llevada a Lima por el Dr. Julio C. Tello.
Organizó expediciones y viajes de estudios con los alumnos, visitando centros arqueológicos y poblacionales, donde los alumnos daban conferencias públicas sobre la realidad social y económica de la región, logrando la afirmación de nuestros valores y buscando el reencuentro con nuestra personalidad histórica. A ese respecto la revista Universitaria en su número 6, de Setiembre de 1913 informa sobre las actividades del Rector y los estudiantes, las excursiones que realizaron a los valles de La Convención, Lares, Vilcabamba; la excursión a las ruinas de Huanacaure, etc. Asimismo, informa que se consiguió una subvención para el incremento de libros para la Biblioteca Universitaria. Se adquirió el notable Museo del Dr. Caparó Muñiz por gestiones del Diputado José Ángel Escalante y se incorporó a la Facultad de Ciencias Naturales al Dr. Antonio Lorena con el título de Doctor Honorario.
La Universidad cusqueño entró en una Época de Oro nunca antes vivida y entre todas las Universidades del Perú fue la que alcanzó mayor relieve y reconocimiento en el extranjero, y lo que es más importante, despertó la pasión regionalista y cusqueñista en la más fecunda generación de cusqueños del siglo XX.
El “indio blanco”, como lo había llamado alguna vez el Obispo Farfán, fue aún más allá, creo la sección de agronomía de la universidad, para que se revolucionaran los métodos agrícolas, propició la protección de los monumentos arqueológicos, envió por primera vez catedráticos cusqueños al extranjero.
En Filosofía, introdujo además del pragmatismo, el positivismo, corriente idealista subjetiva burguesa, fundada por Augusto Comte, que niega a la filosofía su calidad de concepción integral del mundo y rechaza los problemas tradicionales de la filosofía por ser “metafísicos” y no estar sujetos a comprobación experimental.
Propició las misiones de la Universidad de Yale, después que Hiram Bingham redescubriera Machupicchu en 1911.
Mucho tiene para agradecer nuestra tierra a este cusqueñista ilustre. Son consecuencia de su vasta obra, el nacimiento del movimiento intelectual llamado “indigenismo”, liderado por Luis E. Valcárcel y José Uriel García y los integrantes de la Revista cusqueña “La Sierra”, gloriosa generación continuadora de esa pléyade intelectual que Francisco García Calderón –llamara como dijimos antes- “Escuela Cusqueña” en su obra “Le Perou Contemporain”, publicada en París en 1907, García Calderón sabía lo que hacía cuando buscó a Gisecke en Philadelphia en 1909, sabía que esa joven iba a ser el catalizador de nuevas inquietudes generacionales en su amado y lejano Perú.
EL PRESTIGIOSO INTERNACIONAL DE LA UNIVERSIDAD CUSQUEÑA
La fama de la Universidad reformada por Giesecke atrajo a importantes personalidades como Haya de la Torre y el recientemente fallecido Ex presidente de la República Dr. José Luis Bustamante y Rivero, quienes vienen a beber de sus fuentes creadoras entre 1917-1918, cuando la Universidad de San Marcos estuvo clausurada.
El estudiantado universitario nacional se organizó con el Primer Congreso de la Federación de Estudiantes del Perú, en el Cusco el 20 de Marzo de 1920. Esta federación hoy venida a menos por el estado de caos en el que se encuentran el movimiento estudiantil dio mucho que hablar en su largo trayecto hasta nuestros días.
La obra del Rector norteamericano Alberto Giesecke es, pues, vasta y con proyección futurista, su influencia revolucionó las mentalidades de su época y dio lustre al Cusco y a su Universalidad.
El prestigio de la Universidad cusqueña y su proyección histórica que hizo eco en el Perú entero, fue reconocido por ilustres pensadores como el Dr. Jorge Basadre y el Amauta José Carlos Mariátegui, quien en sus célebres “7 Ensayos”, se refiere a los principios reformadores sustentados por el estudiantado y los profesores cusqueños en 1927 cuando Giesecke ya había dejado el Rectorado.
“Si el movimiento renovador se muestra precariamente detenido en las Universidades de Lima, -escribe el Amauta- prospera, en cambio, en la Universidad del Cusco, donde la élite del profesorado acepta y sanciona los principios sustentados por los alumnos, testimonio de esto es el anteproyecto de reorganización de la Universidad del Cusco, formulado por la comisión que con este encargo nombró el Gobierno al declarar en receso dicho instituto”.
Este anteproyecto al que se refiere el Amauta, tenía como idea básica al decir del Dr. José Tamayo Herrera, “nacionalizar la cultura, conseguir el resurgimiento de la raza india, dominar la naturaleza por la tecnificación proyectando una Universidad democrática, aceptando la docencia libre, la libertad de cátedra y el co-gobierno”.
En efecto, se propuso crear facultades, con secciones e institutos técnicos, dando las bases para la creación de estudios pedagógicos, sociológicos, económicos y técnicos como Ingeniería Civil, Agronomía y Química.
Posteriormente como consecuencia de la segunda gran huelga universitaria de 1927, la generación nacida de ella proyectó aún más profundamente la revolución de la inteligencia, rompió con el positivismo y avanzó hacia nuevas doctrinas sociales como el materialismo científico, se enfrentó al gamonalismo práctico y al indigenismo lírico de la generación anterior; organizando los primero sindicatos obreros y campesinos e intervino activamente en la política; dando nacimiento al grupo aprista primero y luego al a primera Célula Comunista del Perú, en Mayo de 1929. Pero esto es otro tema, como lo es también el análisis de la actual situación crítica de nuestra Universidad, que hace tiempo ha perdido la orientación y el empuje de la gloriosa “edad de oro”, que inauguró el Dr. Giesecke.
GIESECKE, UN ENAMORADO DEL CUSCO
Nuestro ilustre cusqueñista, fue además, Alcalde del Municipio del Cusco, durante tres periodos, caracterizándose por realizar importantes obras de valor práctico.
Pocos hombres se entregaron así al Cusco y su progreso. El Dr. Roberto Barrionuevo describe de esta manera el incomparable amor que Giesecke profesó a nuestra tierra: “Los incas amaban al Cusco como lo amamos nosotros hoy, así amó Giesecke a la tierra cálida del sol, tierra suya por amor y por voluntad generosa, y a tal punto que es Giesecke hoy día, como ha sido de Rector, el verdadero y fino pregonero del Cusco y por ende, del Perú; que ha sostenido y sostiene por doquier, dentro y fuera del país, dentro y fuera de América, las virtudes, las grandezas y las excelsitudes del Cusco y del Imperio de los Incas”. En otro párrafo Roberto Barrionuevo señala “…he visto a Giesecke pocas horas después del terremoto llorando como un niño ante las ruinas y escombros de la ciudad aniquilada”.
Ese gran amor por el Cusco lo llevó a tomar por compañera de su vida a la dama cusqueña Esther Matto Usandivaras, pariente de la Escritora Clorinda Matto, gran mujer que supo secundar la magnífica obra del Amauta del Cusqueñismo y le dio tres hijos: Esther, Alberto y Antonio.
Llamado por el gobierno se alejó del Cusco en 1924, para ejercer en Lima el cargo de Director General de Enseñanza del Ministerio de Educación, cargo que ejerció hasta 1930.
Fue Agregado Consultor de la Comisión Plebiscitaria Tacna-Arica, en los años de 1925-1926. Ejerció el cargo de Consultor Técnico del Ministerio de Instrucción (1930); dirigió el Instituto de Educación de la Universidad Nacional de San Marcos (1931-1932). Fue Catedrático de Historia de la Educación de la Universidad Mayor de San Marcos (1940-1942). Agregado Civil a la Embajador de los Estados Unidos (1943).
En el año de 1939, con motivo de cumplirse el 30 aniversario de su llegada al Perú, el Dr. Alberto Giesecke, fue declarado catedrático Honorario de nuestra universidad.
OBRAS DEL DR. GIESECKE
- “Guide to Cusco” (Guía del Cusco)
- “Republic of Cusco”. (La república del Cusco)
- “Desenvolvimiento del Perú durante el siglo XX” (La Sierra Nº 6, Segunda época, del 28 de julio de 1921).
- “El Cusco meca del turismo mundial” (Revista Universitaria Nº 35, Agosto de 1921).
- “Los Plebiscitos en la Historia”. Con una reseña de la cuestión de Tacna y Arica (1926).
- “El Estado moderno y la Educación”. (La sierra Nº 3 y 4, Julio y Agosto de 1910.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
- “Historia Social del Cusco Republicano”. José Tamayo Herrera 1978.
- “Memorias” Luis E. Valcárcel.
- “Homenaje al Dr. Alberto Giesecke” Revista universitaria Nº 119-1960. Contiene: Discurso del Dr. Alberto Delgado; Discurso de agradecimiento del Dr. Alberto Giesecke.
- “Alberto Giesecke” por Luis E. Valcárcel. Diario La Prensa, Lima. 13 de setiembre de 1968.
- “El Dr. Alberto A. Giesecke” Por Roberto Barrionuevo. El Sol. 28 de Julio 1959.
- “Diccionario Filósofo –Rosental-Indin. Ed. Universo 1988.
- “Cien años de Lenin el Economista”. Virgilio Roel. El Comercio, Lima. 26 de Abril 1970.
- “7 Ensayos de interpretación de la realidad peruana”. José Carlos Mariátegui. Biblioteca Amauta- 40 Ed. 1980.
- “Diccionario Biográfico del Perú. Ed. Escuelas Americanas, 1943.
(*) Nota: El presente ensayo fue publicado en la Revista del Instituto Americano de Arte Nº 13 de junio de 1992. Como homenaje a la Universidad Nacional de San Antonio Abad, al conmemorarse el tercer centenario de su fundación.
Las fotos fueron tomadas del libro "Historia Social del Cusco Republicano" (1978) del Dr. José Tamayo Herrera.